El valor añadido
El usuario en nuestro país ha aprendido que la forma de repostar ha cambiado. Ahora se valora la calidad del producto (carburantes aditivados), el precio y un buen servicio con personal debidamente formado. Por eso es muy común ver que la operativa en las gasolineras se ha agilizado y para bien. El tiempo es un factor que no podemos controlar y queremos aprovecharlo al máximo, cada vez son más los establecimientos en los que el usuario de forma autónoma toma el control de la manguera y llena su depósito.
Bajo el paraguas de una marca franquiciadora, se obtienen una infinidad de ventajas, agilidad y facilidad desde la búsqueda del terreno hasta la apertura del negocio, pasando por la formación del personal capacitado para orientar al consumidor y resolver cualquier incidente o consulta que pueda surgir (el personal formado es necesario en este negocio), rollplay arranque, inauguración, despegue y estabilización del negocio.
Ganando rapidez en el crecimiento, optimización del personal, inversión ajustada, facilidad en la financiación, economías de escala del grupo (marca), profesionalización en el punto de venta, sistema de control y mejora del entorno vs competencia (DAFO) y agilidad en las acciones comerciales y campañas en Marketing.
Y un punto no menos importante, todas las ventajas de unas instalaciones de una empresa especializada para que te ayude con el montaje, las gestiones, la construcción, el mantenimiento, la asistencia técnica, el suministro de maquinaria y el combustible. Periódicamente se realizan controles de calidad del producto.
Al automatizar el servicio, se generan importantes ahorros en la gestión y supone el acceso a una importante cantidad de información sobre los clientes, sus consumos y qué productos utilizan, pudiendo parametrizar tendencias y crear campañas ad hoc.
Para el usuario
Puntos de suministros abiertos 24h. los 365 días del año y la automatización del sistema, los usuarios pueden optar por autoabastecerse o que le ayude el responsable en pista, ambos dos son muy intuitivos. Primero se realiza el pago directamente en el terminal al lado del surtidor con un sinfín de posibilidades (efectivo, visa, app, lector de matrícula, etc…) y luego se reposta. Se gana en tiempo y agilidad, evitando colas.
La calidad de los carburantes es excelente, aditivados, todos ellos pasan por los controles obligatorios de consumo que garantizan la calidad del producto y de la gasolinera